Ir al contenido principal

Día 2: Coliseo – Foro Romano – Circo Maximo – Boca de la verdad – Piazza Navona – Castillo San Angelo – Trastevere

Nos levantamos relativamente pronto, desayunamos en el buffet de hotel (clásico buffet desayuno de hotel) y partimos al Coliseo. Como somos grandes andadores y todo está a media hora andando, decidimos ir andando mapa en mano.

Al llegar andando por una calle muy ancha, descubrimos el Coliseo de lejos. A medida que llegas andando y ves lo grandísimo que es, la de años que lleva en pié, imaginando la historia que esconde tras sus muros, descubres porque es una de las maravillas del mundo. Es alucinante.


Ya en las puertas, vemos los clásicos buscavidas disfrazados de gladiadores que te cobran por hacerte fotos, estudiantes de turismo que intentan hacerte de guía por el Coliseo, y la cola. Este fin de semana coincidió que estaban en Roma dos amigos, Anabel y Carlos, y hacemos la visita conjunta al Coliseo. Sacamos un bono válido para la visita al Coliseo y el foro Romano.

Charlamos un rato mientras vamos visitando el Coliseo y decidimos que nos veríamos para comer, para ir cada uno a su aire y nos despedimos yendo cada uno en dirección contraria. El problema, es que como el Coliseo es circular, nos volvimos a encontrar en un ataque de risa por lo ridículo de la situación. Decidimos que el destino ha querido que pasemos el día juntos, cosa que mereció la pena.

Después de varias fotos, salimos del Coliseo y nos dirigimos directos al arco de Tito. Se levantó en el siglo I d.C. y parece que esté intacto (lógicamente, los años dejan huella).


Pasamos la visita al foro Romano. Parece un museo viviente.



Nos hacemos fotos con unas guiris que no paran de reírse en un árbol que lleva allí, por lo menos desde los romanos, o más, porque es exageradamente alto.



El foro romano es impresionante, es muy fácil contemplarlo y hacerse a la idea de lo grandísima que sería la ciudad hace tantísimo tiempo.

Después de la visita, seguimos entre risas y fotos el paseo por la ciudad. El paso nos dirige hasta el circo Máximo, donde se hacían las competiciones de carros, animales salvajes o incluso batallas navales  (inundaban la pista) desde el sigo IV a.C. (eso son la hostia de años).

Cerca de aquí, está la iglesia de Santa Maria in Cosmedin, dónde se encuentra la boca de la verdad. La tradición es meter la mano dentro y se supone, que si dices una mentira, la mano te muerde. Como buenos turistas, seguimos la tradición con su foto de rigor para dejar testimonio de la azaña.


Nos da la hora de comer y nos vamos a comer. El sitio, un restaurante que parece bastante moderno y donde la carta está repleta de pasta. Solo llevamos día y medio y empiezo a estar aburrido de tanta pasta…
Por el camino nos van sorprendiendo que hay piedras y obeliscos por todos lados. Esta ciudad es un jodido museo.

Después de superar el reto lingüístico de comer, nuestros pasos nos dirigen a la plaza Navona, para mí, la plaza más bonita de Roma. En el centro tiene, como no, un obelisco. Y tiene dos fuentes con unas esculturas impresionantes.


Es media tarde, y decidimos separarnos para descansar un rato antes de salir a cenar. De camino al hotel, andando para no variar, volvemos a pasar por la Fontana de Trevi buscando unas zapatillas (las mías se han roto, tanto andar y tanta escalera ha hecho que se despegue la suela) por la vía del Corso. Ya que estamos, volvemos a pararnos a tomar un helado en la Fontana de Trevi.

De vuelta al hotel, pasamos por un edificio del gobierno, con un guardia en la puerta, y justo hacen el cambio de guardia. Como todos los cambios de guardia, se acompaña por toda la parafernalia de eslóganes y andares que nos parecen bastante cómicos. Que duro tiene que ser estar quieto un montón de horas para acabar con esos andares…

Jose y yo decidimos que estamos cansados de tanta pasta, por lo que pedimos pizza para cenar y repetimos restaurante. La pizza, de masa superfina, está riquísima, y el sitio tiene un encanto especial.

Después de la cena, quedamos con Anabel y Carlos para tomar un cóctel, una copa y echar unas risas… concluyendo prácticamente con la visita fugar a Roma.

El resto del viaje, dormir, desayuno, cargar con las maletas para una última ojeada al Coliseo desde fuera, antes de coger el tren al aeropuerto y volver a casa.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Día 5: Carrión de los Condes – León (108km)

Amanece lloviendo, pero confiamos en que no durará mucho, y así fue. Después de las tostadas, el café con leche y el zumo de naranja (pro 3€) empezamos la ruta. Hasta la entrada de León, la ruta se presenta toda llana… Del camino no recuerdo demasiado, buena media de velocidad, algo de frío al principio… En unas ruinas me reencuentro con César y Paco, los peregrinos experimentados que me encontré al segundo día. Después de una charla, seguimos el camino, aunque el mismo día nos reencontramos un montón de veces. Después de parar en un pueblo a desayunar los víveres que llevamos en la mochila, salimos del Burgo Ranero acompañado del canto de las ranas. Esta etapa tiene marcados algunos recorridos recomendados para ciclistas, asfaltados y con muy poco tráfico, lo que hace fácil avanzar. A destacar, antes de llegar a León, un pueblecito con un bar hippie-okupa (parece que viva una comuna), todo pintado de firmas de gente, tanto por dentro como por fuera, que lo lleva un tipo cani

Selva Negra: 8 razones por las que visitar Freiburg

1.- Su ubicación Freiburg es una ciudad donde disponer de buenas comunicaciones, todos los servicios y comodidas de una gran ciudad. Está situada en el corazón de la Selva Negra, con lo que al final de las calles, en la mayoría de los casos, el horizonte será verde. Está en Alemania, pero al sur y entre montañas y no a una gran altura sobre el nivel del mar, con lo que el clima es muy suave, similar al de Barcelona. 2.- Ecología A pesar de ser una ciudad grande, el centro es una zona peatonal en la que no pueden acceder coches. Las calles están muy limpias y los ciudadanos muy sensibilizados con el medio ambiente: aproximadamente el 50% de los votos va a parar al partido ecologista. Todo un ejemplo de ciudad sostenible. 3.- Zona peatonal Se puede pasear sin riesgo de ser atropellado por un coche por el bonito centro peatonal de Friburgo, ver tiendas, la catedral y el mercado a su alrededor o las antiguas puertas del casco antiguo. ¡Aunque ojo con los tranvías! 4.-

Día 9: Sarria - Melide (74km)

La etapa de hoy, se plantea más corta que todas las que ya hemos hecho, y ya no nos quedan grandes obstáculos. Después de unas tostadas, un zumo y un café, salimos de Sarria flechados. El camino de hoy es duro, pero divertidísimo. Un continuo sube y baja de trialeras, piedras, charcos, más trialeras y más charcos. Ha crecido de una forma brutal la afluencia de peregrinos, y todos se asombran de ver a 8 bicigrinos juntos… No sé por qué es tan raro. Tardamos más de lo esperando en llegar a Porto Marín, un pueblo que fue inundado por un estanque, y que se desplazaron a la montaña de al lado. La iglesia del pueblo, con un rosetón enorme, la reconstruyeron piedra por piedra, desmontándola de la ubicación anterior y poniéndola en su actual ubicación. Paramos al lado de la iglesia y desayunamos una empanada de carne buenísima. Bueno, nos supera la gula y la tranquilidad, y desayunamos dos trozos de empanada regados con una cervecita… Ya no nos asustan ni los cortes de digestión. El