De este día poco a destacar: fuimos a comprar masivamente dulces turcos, té de manzana (que no tiene nada que ver con el que te sirven en los bares y restaurantes de zonas turísticas), ropa de “marca”, etc. Lo único anecdótico es el tipo de gente que te encuentras en los comercios, como te persiguen, como te convencen… esta gente sabe mucho del tema. Comimos un plato de arroz con carne y patatas por 2’50YTL (1,25€, esto rebasa el tacañismo). Después de acabar con las compras, de vuelta al hotel.
Tres de nosotros decidimos que no nos vamos de Estambul sin disfrutar de un baño turco. Así que nos fuimos al más típico, turístico y antiguo (lo construyeron en el1585). Es el que nos cogía más cerca.
El baño turco consiste en estar en una sala de mármol con una piedra gigante que da calor, relajarse, irse echando agua fría y caliente, sudar… y que un señor grande, fuerte, turco y barrigudo te haga un masaje exfoliante durante 15 min. El masaje es bastante duro pero reconfortante, te limpia, te echa agua fría y caliente… Y después sigues allí relajándote, calor, frío, agua.... Parece una tontería, pero salí de allí atontado (no es que sea muy espabilado normalmente) y me duró el efecto hasta la noche. Si el negocio tiene más de 400 años de antigüedad, es que la cosa va bien. El precio, fue 50 YTL, pero me gustaría saber lo que cuesta algo así en Barcelona…
Volvimos a cenar en la habitación, y por cansancio y las dificultades de ir a la zona de fiesta de la ciudad (Taksim), decidimos quedarnos un rato en la discoteca del hotel. Menuda fauna nos encontramos: una especie de seguridad – relaciones públicas bailando clavado a Michael Jackson, un duelo de bailes entre él y un chaval francés de 17 años, el baile de lo que parecían tres tipos de Europa del este (allí, más del oeste) con sus respectivas.. (¿fulanas?), y el dueño del hotel cantando canciones turcas a pleno pulmón. Ahí decidimos que lo que teníamos que ver ya estaba visto, y decidimos poner fin a nuestro viaje antes de partir.
Tres de nosotros decidimos que no nos vamos de Estambul sin disfrutar de un baño turco. Así que nos fuimos al más típico, turístico y antiguo (lo construyeron en el1585). Es el que nos cogía más cerca.
El baño turco consiste en estar en una sala de mármol con una piedra gigante que da calor, relajarse, irse echando agua fría y caliente, sudar… y que un señor grande, fuerte, turco y barrigudo te haga un masaje exfoliante durante 15 min. El masaje es bastante duro pero reconfortante, te limpia, te echa agua fría y caliente… Y después sigues allí relajándote, calor, frío, agua.... Parece una tontería, pero salí de allí atontado (no es que sea muy espabilado normalmente) y me duró el efecto hasta la noche. Si el negocio tiene más de 400 años de antigüedad, es que la cosa va bien. El precio, fue 50 YTL, pero me gustaría saber lo que cuesta algo así en Barcelona…
Volvimos a cenar en la habitación, y por cansancio y las dificultades de ir a la zona de fiesta de la ciudad (Taksim), decidimos quedarnos un rato en la discoteca del hotel. Menuda fauna nos encontramos: una especie de seguridad – relaciones públicas bailando clavado a Michael Jackson, un duelo de bailes entre él y un chaval francés de 17 años, el baile de lo que parecían tres tipos de Europa del este (allí, más del oeste) con sus respectivas.. (¿fulanas?), y el dueño del hotel cantando canciones turcas a pleno pulmón. Ahí decidimos que lo que teníamos que ver ya estaba visto, y decidimos poner fin a nuestro viaje antes de partir.
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