Después de unas tostadas, un colacao y un zumo de naranja, parto, esta vez acompañado a hacer el siguiente tramo de etapa.
Esta etapa se presenta bastante facilona, caminos muy planos, algunos tramos asfaltados y sin grandes desniveles. Una cuesta recuerdo que tenía la etapa, bastante empinada, pero el resto…
Empezamos a rodar con algo de frío, estos calientan muy pronto pero enseguida cogemos ritmo de 20-25km/h de media. Así se hacen kilómetros muy rápido.
A falta de 469 kilómetros exactos para llegar a Santiago (o eso pone en el sello), paramos a repostar y nos encontramos con dos nuevos bicigrinos. Son Alfredo y Juanky del Vendrell, que ese mismo día no los veremos más, pero nos los encontraremos más adelante…
Combinando camino y tierra, (ya que Andi lleva una bici sin suspensión) hacemos el primer tramo casi de la etapa (una etapa a pie) casi sin darnos cuenta. Por carretera, encontramos las ruinas de un convento (que era grandísimo).
Pasamos por varios pueblos, todo el camino bastante ligero, ya que tenemos ganas de enfrentarnos a la cuesta de Mostelares (un 11% de media). La subida no presenta más dificultades, decían que si superas el tercer día de camino, superas todo, y bueno, al menos esto sí. Desde arriba, las vistas son espectaculares, es como subir de repente a la meseta, ya que cada día vamos ganando metros.
Hay otra vista no tan espectacular, como la de mi primer pinchazo del camino…
El camino que sigue, refleja el dicho de ancha es Castilla! Todo el camino sigue por pista bastante plana, alguna bajada, pero mires en la dirección que mires, ves poco más que verde, un tramo del canal de la mancha, y el horizonte. Acostumbrado a tener siempre límites naturales como edificios o montañas…
Pasado un tramo de pista, el camino pasa al lado de una carretera nacional, por lo que decidimos seguir por el arcen de la carretera, ya que no pasa nadie. Los últimos 30 kilómetros son así, carretera, rectas interminables, alguna ondulación y viento en contra… Cada vez se va haciendo más pesado mantener la media de 25km/h…
Por fin, llegamos a Carrión de los Condes.
Nos alojamos en un albergue de monjas, el único en todo el camino que encontré que tenía camas sencillas en lugar de literas! 7€ de coste pasar la noche, con un PC con internet, a precio la voluntad, aunque la hermana nos recomienda que más Palabra de Dios y menos internet. Se lamenta porque no tienen biblias en alemán para Andi…
Allí coincidimos con dos bicigrinos más, dos Valencianos de 57 y 61 años, que van en bici por carretera, con bolsas de plástico atadas con gomas como alforjas y unas bicis de hierro (como las que puedes encontrar por 50€ en cualquier hipermercado)… ¡Ellos sí que tienen valor!
Después de la ducha, menú, paseo por el pueblo y descansar en el albergue después de limpiar y revisar las bicis. Nos juntamos con algunos peregrinos más, de Zaragoza y de Castellón. Uno de ellos tiene que dejar el camino al día siguiente por el estado de sus pies y la recomendación del médico… Esta noche paso del menú del peregrino, y hago muchas cervezas, un bocadillo de calamares y unas bravas.
La noche refresca, y nos vamos a dormir…
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